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La rebelión de las masas

El efecto sorpresa ante la conglomeración de miles de jóvenes y no tan jóvenes en la plaza del Sol de Madrid,  ha sido la guinda que le faltaba a la derecha para conseguir la victoria deseada en pro de la probable abstención de la masa indignada.
Los paralelismos entre el efecto llamada del invento de  Mark Zuckerberg, y las concentraciones de grandes aglomeraciones en plazas simbólicas del país,  nos recuerda a los brotes de la insurgencia árabe en Túnez, Egipto y Libia.
Mientras los indignados de los países del sur pedían a gritos la democracia, los indignados de Madrid solicitan un modelo democrático  más participativo y menos sujeto al servilismo de los mercados.
El "descontento social por la organización sistémica del poder" es el nexo invisible que une los paralelismos sustanciales de estas revueltas sociales.

La generación "ni, ni", o dicho en términos sociológicos; aquella que "ni estudia ni trabaja" ha levantado los ecos del mayo francés para hacerse oír y salir del letargo escéptico de los últimos años.
Los incumplimientos constitucionales del "pleno empleo" y la "vivienda digna" en contraste con tasas de desempleo juvenil del 45% y las "trabas continuas de la élite pudiente bancaria" para salir del nido familiar han sido el caldo de cultivo propicio para que explotase la olla a presión en la plaza del Sol.
El oscurantismo político de los manifestantes, así como el conglomerado ideológico de una "supuesta izquierda descontenta", tendrá sus repercusiones en las urnas electorales.
Mientras la derecha tiene a todos sus disciplinados votantes con el sobre preparado en las "entradas de sus casas", los votantes de izquierda temen que el probable efecto abstencionista de los escépticos disgustados;  otorgue una holgada victoria a esa "derecha pasiva" que realiza las gestiones  para desalojarlos de inmediato, como si fueran esos "mendigos de Gallardón".

Hoy más que nunca se debería realizar un sondeo metroscópico a estos miles de jóvenes indignados para, sobre una base probable, tener una evidencia empírica de sus intenciones de voto.
El hombre – masa definido por Ortega y Gasset como aquel que su vida carece de proyectos y va a  la deriva; es el joven  "ni ni" contemporáneo que contra la losa de su prejuicio social,  quiere gritar para que la historia lo ponga en su lugar.
El movimiento 15-M, o dicho en términos propios, la plataforma "Democracia Real Ya" será recordada por aquella masa de jóvenes al estilo francés del 68 que en mayo del 2011,  y a pocos días de unas eleccines municipales y autonómicas, ocuparon las calles de distintas capitales con el objeto de mostrar su "cabreo" y salir de la "masa".

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6 COMENTARIOS

  1. Buena presentación de una iniciativa interesante pero desorganizada. Cuando los periodistas preguntaban a los jóvenes congregados en la Puerta del Sol, la mayoría no sabía responder el "porqué", ni un mensaje común, ni objetivos ni soluciones…con lo que dejan el terreno abonado a las reacciones de los distintos partidos !

    Ha faltado una organización.

    Como decía Karl Marx, el motor de la historia es la lucha de clases. El Mayo del 68 fue bastante distinto y distante respecto a esta iniciativa que, aunque pacífica, debe aportar un "cuaderno de viaje" para que esa "Democracia Real Ya" pueda dejar huella…

    Saludos

    Mark de Zabaleta

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  2. Ya querrían estos jóvenes que se pareciese al 68 Frances. Lo que iniciaron unos con intenciones concretas, se van sumando gentes de buena voluntad que cree que realmente se necesita un cambio, pero el cambio, el único real, es darle votos al único partido de izquierdas para poder con el apoyo de la fuerza de las urnas hacer realmente una política de izquierdas.,.

    Como se van a conseguir políticas sociales que ayuden al pueblo trabajador votando a la derecha

    El pobre trabajador que quiere ser como los millonarios y vota como los millonarios, al mismo partido.. Ese es el pueblo que no tiene norte. Y de ahí todo lo que hemos perdido, porque luchan por lo que ya tenían y han dejado perder..

    De todas formas te felicito por la forma de escribir.

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  3. Abel, muy de acuerdo con tu artículo, pero creo que has tenido un lapsus plumis con eso del 12-M.

    ¿No habrás querido escribir 15-M?

    Saludos,

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  4. Abel Ros

     /  21 mayo, 2011

    Error subsanado, gracias Jesús.

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  5. No estoy de acuerdo con la interpretación de hombre-masa que haces, pues tan solo se lo aplicas a los «ni-ni».

    Ortega y Gasset, sin embargo, dejaba bien claro que no se trataba de niguna distinción de clases, pues en todas ellas, el hombre-masa se apodera de cada estamento, y se siente sin ninguna obligación y con todos los derechos. El parlamento está replero de hombres-masa; igual que lo está cualquier estamento de esta organización-Estado en el que muchos de los puestos no se ostentan por el esfuerzo, el trabajo y la superación, sino por enchufismo, amiguismo, interés. Desde los partidos políticos hasta los puestos financieros, desde sindicatos hasta colectivos anti-fascista.

    Nos encontramos ante el triunfo de la vulgaridad como cultura, de modo que el problema no se resume a unos cuantos ni-ni que no saben por qué necesitan el cambio. Sin embargo, de forma irracional, intuyen que éste es necesario. Porque si no somos conscientes, como bien expuso Ortega en su ensayo, de todo lo que tenemos y de cuánto esfuerzo ha costado tenerlos; si no somos conscientes de lo nuestro, no podremos percatarnos de lo que se nos quita, roba, erradica: y así, no tendremos de qué llorar. Y cuando el ignorante sea consciente por lo obvio, entonces ya será tarde. CRISIS CULTURAL, en el sentido de conocimiento de mi entorno, su historia y las expresiones que de ella emanan. EDUCACIÓN

    Mi teoría es que la derecha se disfraza de incapaz, de hombre-masa, y así nosotros los juzgamos. Sin embargo creo que son los verdaderos interesados en confundirnos: son muy buenos en lo suyo, y los principales benefactores de que nos comportemos en hombres-masa…

    un saludo.

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  6. Julián Serrano

     /  8 noviembre, 2012

    Al 15 M le falló lo más importante. No funcionan las revoluciones pacíficas. Si quieres que te escuchen muestra tu fuerza. Comportarse como mil borregos solo lleva a que te manden un pastor y cinco perros. Si le echasen lo que hay que echarle e invitan a cócteles a la policía ( molotov) , ocupan incendian el congreso ….. Eso si sería in movimiento creíble y con resultados más que posibles. La clase obrera puede hacer que el mundo sea un lugar inseguro contra los que especulan o desangran a sus semejantes.

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  • SOBRE EL AUTOR

  • Abel Ros (Callosa de Segura, Alicante. 1974). Profesor de Filosofía. Sociólogo y politólogo. Dos libros publicados: «Desde la Crítica» y «El Pensamiento Atrapado». [email protected]

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