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Tributo a Toledo

Todos los años, por la segunda quincena de agosto, suelo hacer un viaje familiar por España. Tras tres años, desde que comenzó la pandemia, no había salido de casa. Torrevieja y sus playas han sido, la verdad sea dicha, mis únicas escapadas. Hace una semana, estuve en Toledo, la tierra de las tres culturas. Perdido por sus callejuelas, he viajado al pasado. He estado en Zocodover, la mítica plaza de la ciudad. Una plaza repleta de guías turísticos, gente tomando el fresco y restaurantes de comida rápida. En ese rincón, de la capital de Castilla, la Inquisición hizo de las suyas. Por ahí trasladaban a los herejes hasta la cuesta del Alcázar. Enfrente de esa plaza, entre un arco y una escalera, poso junto a una estatua del Quijote. Estoy envuelto de murallas, puentes y catedrales. Agradezco el calor seco. Un calor distinto a la humedad de mi pueblo. El aroma a las carcamusas y a perdiz estofada contrasta con el olor a paella de las tierras valencianas.

Mientras camino, fotografío las callejuelas del casco antiguo. Calles, estrechas y alargadas, con alguna que otra moto antigua aparcada. Y con algún que otro gato maullando desde las rejas de las ventanas. Hay paz, mucha paz escondida entre estos rincones y recovecos toledanos. Rincones por los que en su día pasearon reyes, duques y doncellas. Y recovecos donde se cruzaron cristianos, judíos y musulmanes. El interior de la catedral sorprende por su tamaño colosal y su estilo recargado. Un interior alejado del ideal de Iglesia propuesto por Bergoglio. Una Iglesia, según él, para los pobres al más puro estilo de San Francisco de Asís. Entre capilla y capilla, un niño pregunta a un guía turístico: "¿por qué ya no se construyen catedrales?". Por qué – en palabras técnicas – la Iglesia ha perdido su poder arquitectónico. Entre la plaza de San Justo y la calle del Lócum está el callejón más estrecho de Toledo. Se llama el callejón del Toro. Dice la leyenda que un toro se escapó de unos corrales cercanos y quedó atrapado en este callejón de menos de un metro de anchura. Un callejón oscuro, de muros altos y acorazados. Muros que invitan a conquistar lo desconocido.

Anochece en Toledo. Mientras camino por el casco antiguo, observo como los vecinos dejan las bolsas de basura encima del asfalto. Cajas de cartón, apiladas en las persianas de las tiendas, ensombrecen la magia del hechizo toledano. La luz de las farolas ilumina el río de turistas que transita por sus puentes. Puentes amarillos que miran con nostalgia a las aguas del río Tajo. Aguas que recuerdan a las antiguas "playas de Toledo". Desde la Judería deambulo, con el GPS del móvil, en busca de la plaza Zocodover. Tras pasar por el museo del Greco, me viene a la mente "el entierro del conde de Orgaz", lienzo que, horas antes, he contemplado en la Iglesia de Santo Tomé. Entre calle y calle siento el paso de los siglos. Imagino cómo pudo ser la convivencia entre culturas tan diferentes. Atrapado, entre recovecos e intersecciones, no quiero salir de este laberinto de aromas y silencios. Respiro tranquilidad y seguridad entre los turistas toledanos. Una tranquilidad que contrasta con el griterío y jolgorio de las costas españolas. La luna ilumina los muros del Alcázar. A lo lejos se oye el llanto de los ciervos. Brujería.

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1 COMENTARIO

  1. Rafael García Berná

     /  28 agosto, 2022

    Las tres culturas no convivieron, aunque fueran coetáneos. Es un exceso ideológico multiculturalista alimentado de forma interesada. Nosotros también somos coetáneos de los actores de Hollywood y sin embargo no convivimos con ellos. Cada zona estaba perfectamente delimitada y cerrada a cal y canto por puertas y murallas. Las leyendas -por ejemplo la del pozo amargo- dan buena cuenta de ello. Hay una historia de apropiación simbólica del espacio en las sucesivas etapas de dominación musulmana, cristiana, judía. Buen ejemplo de ello, cada monumento arquitectónico, que esconde en el subsuelo, las ruinas del anterior periodo histórico, político, etc.

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  • SOBRE EL AUTOR

  • Abel Ros (Callosa de Segura, Alicante. 1974). Profesor de Filosofía. Sociólogo y politólogo. Dos libros publicados: «Desde la Crítica» y «El Pensamiento Atrapado». [email protected]

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