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Sobre bulos y contagios

Desde que comenzó la cuarentena, suelo estar más activo en las redes sociales. Ayer, sin ir más lejos, me perdí por las callejuelas de Twitter. Allí, encontré un tuit que preguntaba por qué a mayor número de contagios, por coronavirus, más presencia de bulos, Fake News y malos olores provenientes del vertedero. La explicación, le contesté a su autora, no es otra que la falta de espíritu crítico. Las pandemias, aparte de sacar las vergüenzas al Estado Social, ponen en evidencia los sesgos del sistema educativo. Como saben, desde las aulas de Wert, el espíritu crítico de los alumnos, en este país, está bajo mínimos. Y lo está, queridísimos lectores, porque la filosofía fue, entre otras, la asignatura más castigada. Así las cosas, la mayoría de los ciudadanos da palos de ciego en los mentideros de la calle. Y los da, claro que sí, porque ante tanta información, no saben separar el grano de la paja. Una carencia que se manifiesta en forma de creencias, impresiones y alusiones a fuentes equivocadas.

Desde que el coronavirus entró en nuestras vidas, muchas noticias falsas han sido aprobadas por grandes mayorías. Noticias como enjuagues con agua caliente, aguantar la respiración diez segundos y otras sinrazones han circulado de boca en boca. Y han circulado porque el periodismo – los profesionales de la información – también han caído como moscas en la trampa del ratón. Una trampa que pone en evidencia las debilidades de nuestra sociedad del conocimiento. Desde la crítica debemos reivindicar más divulgación científica. Hacen falta más programas como el mítico "Redes" de Eduard Punset. Programas de radio y televisión, medios digitales y otros soportes informativos que cuenten, desde un lenguaje asequible, los descubrimientos de la ciencia. Hoy, el periodismo se ha convertido en una carrera escasa para la exigencia que supone informar con rigor y precisión en pleno siglo XXI. Es necesario, y lo he manifestado en los pergaminos de este blog, un periodismo adjetivo. Un periodismo de algo. Hace falta que el grado de periodismo se convierta en un postgrado. Un postgrado que complemente al conjunto de saberes con las artes de la prensa.

Esta mañana, sin ir más lejos, un periodista ha hecho mofa de las palabras de Sánchez. Como saben, el presidente del Gobierno ayer, en su comparecencia de prensa, habló de "impresoras 4D". Y habló de ellas como un instrumento para crear material sanitario y respiradores. Más allá de que existan tales impresoras, el presidente se refería a impresoras 3D. Ese lapsus, un error sin gran calado, ha servido para que cientos de tuiteros sacaran sus cuchillos contra algo irrelevante. Ante este panorama. Ante una sociedad – en su mayoría – con poco espíritu crítico y un periodismo carroñero y sin escrúpulos, qué queremos. Es hora de que la gente diversifique sus lecturas. Es hora de que se fomenten, desde la escuela, el consumo de revistas especializadas. Y es hora de que, de una vez por todas, frenemos la demagogia. Si no lo hacemos, llegará un momento que el derecho a la información se convierta en el hazmerreír del Estado de Derecho. Es muy probable que los bulos, Fake News y el periodismo carroñero se conviertan en un virus social que infecte, y destruya, el intelecto. No olvidemos su vacuna.

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  • SOBRE EL AUTOR

  • Abel Ros (Callosa de Segura, Alicante. 1974). Profesor de Filosofía. Sociólogo y politólogo. Dos libros publicados: «Desde la Crítica» y «El Pensamiento Atrapado». [email protected]

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