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Sobre ateos y creyentes

El otro día hablaba con Jacinto – un viejo conocido del Maracaibo – sobre religión y política. Cómo podía ser – se preguntaba mi amigo – que en pleno siglo XXI; la gente siguiera creyendo en Dios para justificar su destino. Jacinto era católico hasta que murió su hijo por un fatídico accidente de moto. Desde aquel momento, se dio cuenta que todo tiene una explicación en el devenir de los humanos. Su hijo, me decía, no falleció por cuestiones del destino sino por una amalgama de causas naturales, que explicaron lo ocurrido. Antes de que falleciera Francisco – su hijo -, Jacinto iba todos los domingos a misa; rezaba algún que otro Padrenuestro entre semana; y confesaba sus pecados a don Gregorio, el párroco de su pueblo.

Aunque actualmente no sea creyente, Jacinto sigue militando en el Pepé. Le molesta muchísimo que el ateísmo sea un feudo de la izquierda y los crucifijos de la derecha. Aunque no se debería juntar el tocino con la gasolina; lo cierto y verdad, es que el credo del Partido Popular, lo define como liberal y cristiano. Tanto es así, que cuando la derecha ostenta el poder; la Iglesia saca tajada de su mandato. La derecha española converge con los valores cristianos. Y ello se refleja en sus hechos políticos. Desde que Rajoy llegó a la Moncloa, las sotanas han salido reforzadas. Tanto es así que la Hispania de hoy es menos laica que la de ayer. Lo es, como les digo, porque el Pepé ha suprimido la "Educación para la Ciudadanía"; ha implantado más horas de Religión en los institutos; ha hecho de la Religión una asignatura evaluable. Y, para más inri, intentó – con Gallardón a la cabeza – restringir el derecho al aborto.

A pesar de que la modernidad haya construido una sociedad basada en el conocimiento científico; la gente sigue buscando refugio en las creencias. Lo sigue buscando, como les digo, porque necesita un margen de error para construir la felicidad. La mayoría de las personas necesitan otorgar sentido a sus vidas por medio de la religión. Una religión, que compensa con palos y zanahorias celestiales, los hechos terrenales. Solamente así, con el ojo puesto en el qué pasará tras el "más allá" de la muerte; los pueblos han construido una moralidad nutrida de parábolas y mandamientos. Parábolas necesarias para afrontar la muerte como un viaje hacia otra parte; en lugar de un salto hacia el vacío. Sin religión mediante, la muerte de los humanos sería como la de los perros y gatos. Muertes físicas, causadas por factores genéticos o ambientales, para una vida sin sentido.

A pesar de que la religión sirve para otorgar sentido a la vida. Los ateos pueden prescindir de ella. Pueden, como les digo, vivir sin un ente externo que les guíe el camino. Sin nadie que justifique sus aciertos y errores. Sin nadie – y perdonen por la redundancia – que les premie o castigue por las consecuencias de sus decisiones. Sin ese alguien en sus vidas, los ateos construyen el camino. Buscan el consuelo en el interior de su cuerpo, y reflexionan sobre los efectos de sus decisiones. Para los ateos, la vida no es un regalo del cielo sino un accidente humano; que nace con el coito y muere con el lamento. La vida es como un camino de piedras, flores y espejismos con un final en el vacío. La vida estamos – salvo que queramos suicidarnos – condenados a vivirla. Aprendamos, pues, de ella y olvidemos por un instante; si somos ateos o creyentes. 

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6 COMENTARIOS

  1. Toda una reflexión…

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  2. j.pic

     /  14 abril, 2017

    Totalmente de acuerdo, excepto en el último párrafo. No podemos olvidar "si somo ateos o creyentes". Ello determina nuestra visión del mundo y nuestro comportamiento con el medio. Con todo, una profunda reflexión

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  3. No entiendo la sacralización de la propia opinión, sin más argumentos que la propia idea tan fatua como infundada.

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  4. Juan José

     /  26 marzo, 2018

    Puesto que no saldremos vivos de la vida, mejor vivámosla con gusto. «Comamos y bebamos, que mañana moriremos», lo dijera quien lo dijera…

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  5. Es imposible que la religión premie, ese, es un concepto» primitivo» , es una palabra que se repite mucho en la BIBLIA.
    Siendo DIOS un ser ESPIRITUAL no rige sobre la tierra, aun que su espíritu tiene el poder de regenerar hasta el mal que hace el hombre sobre la tierra.

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  6. La persona, cree que se educa en escuelas , colegios o demas, para ser «HOMBRE» , pero la mejor educación para su formación, es la de aquellos que no pudiendo tener complacencia, luchan con todas sus fuerzas, hasta encontrar su integridad y dejando de Sentir, solos, encuentran un IDEAL, así, encuentran ese deseo de superar, y no sufrir, es en ese grado máximo de soledad cuando el HOMBRE se FORJA por necesidad, se » CREA» y con » EL » la humanidad.

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  • SOBRE EL AUTOR

  • Abel Ros (Callosa de Segura, Alicante. 1974). Profesor de Filosofía. Sociólogo y politólogo. Dos libros publicados: «Desde la Crítica» y «El Pensamiento Atrapado». [email protected]

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