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Los «ni-ni» de Zapatero

Los "puntazos" de Marhuenda no podían pasar desapercibidos para los ojos de la  Crítica. La tres de La Razón, del presente día, pasará a las vitrinas de la  demagogia por las correlaciones falaces del bastión de la Caverna. Con el titular: "Los <<ni-ni>>, la cosecha de las leyes socialistas", la noticia de la Derecha viste de largo a sus clientes de kiosco. El informe de la OCDE anunciado por el ministro establece: "el aumento de los llamados <<ni – ni>>, jóvenes de entre 15 y 29 años que ni estudian ni trabajan". Este dato – negativo, sin duda alguna – es debido, según la artillería de Cassals, a "las pésimas leyes educativas del PSOE, que han regulado la escuela desde los años 80 hasta hoy".  Según el artífice de la demagogia: "ante esta situación de deterioro, los socialistas del <<Tupper>> no han movido ni un solo dedo"

Son estas intromisiones del periodismo en los campos de la sociología, las que invitan al crítico de hoy a reflexionar sobre la prensa que nos informa. Es sorprendente, que los discípulos de Marhuenda hagan elogio del razonamiento kantiano para establecer correlaciones empíricas desprovistas de metodología. La reducción del problema del <<ninismo>> a la variable unicausal socialista pone en evidencia la falta de profesionalidad de un periódico con tal de ganarse el euro con treinta de su producto. La dialéctica de Hegel sirvió a los clásicos de la sociología para comprender el fenómeno social desde distintos puntos de vista.
El incremento de los "ni-ni" – podría ser, puestos a movernos por los barros de la interpretación – el resultado de una sociedad inmersa en altas tasas de paro y un sistema educativo al borde del precipicio.

Son precisamente, las políticas educativas de Wert las que invitan a la Crítica a pensar sobre la correlación alcista entre <<ni-nis>> y PP. El recorte de las becas y el incremento de las tasas de matrícula son, sin duda alguna,  dos argumentos de sentido común para predecir en un futuro, no muy lejano; un aumento de los ciudadanos que quieren y no pueden estudiar. El aumento del ratio de los alumnos por aula y el despido masivo de miles de interinos; manchan el apetito educativo de muchos jóvenes apartados del tren de los estudios. Los recortes en I+D por parte del Ejecutivo invitan al recién doctorado a buscar otro país que satisfaga sus horizontes laborales.

Ante este panorama desolador de mentiras y demagogia política es comprensible que miles de jóvenes, ante el efecto desmoralizante de sus amigos cercanos, ni estudien ni trabajen. "Aunque quiera estudiar – en palabras de Eduardo, un chaval de 23 de la España de las grúas – no puedo costearme los 1.500 de la matrícula". "En mi casa – continúa el joven – somos cuatro para comer. Mi padre está un año parado y solamente disponemos de la ayuda familiar". "Con la que está cayendo, este (…) gobierno,  solo nos pone zancadillas para que los hijos de los pobres no podamos aprender". Son precisamente, estos diálogos extraídos de los barrios de Alicante los que ponen en entredicho las correlaciones de Marhuenda. Más que buscar tres patas al gato. Este gobierno debería mirarse el ombligo para comprender, con métodos sociológicos, por qué siguen aumentado los <<ni-ni>> de "Zapatero".

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1 COMENTARIO

  1. Antonio de la Rica

     /  15 septiembre, 2012

    Al PP no le interesa invertir en cultura porque la derecha ha sido siempre esencialmente inculta y cateta, de ahí que sean tan dados al crimen organizado.

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  • SOBRE EL AUTOR

  • Abel Ros (Callosa de Segura, Alicante. 1974). Profesor de Filosofía. Sociólogo y politólogo. Dos libros publicados: «Desde la Crítica» y «El Pensamiento Atrapado». [email protected]

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