El ruido de la calle impide a Josep mantener intacto los hilos de su diálogo. "Si fuéramos independientes – dice el catalán, mientras ojea el Sport en las terrazas del Bona Sort – no tendríamos que cargar con las tonterías de Rajoy". "Los españoles – se refiere así a los <<no catalanes>> – han vivido gracias a las rentas de nuestro país". "Ahora es el momento de soltar las anclas de Hispania y navegar por los mares de la libertad". "Dile a tu President – le replica Manolo, un emigrante andaluz de los tiempos del baby boom- que se deje de patriotismos absurdos y solucione, de una vez por todas, las púas del Parlament". "Desde que gobierna Arturo – se refiere a Artur Mas – estamos peor que en los tiempos del tripartito". "Hoy, Cataluña ya no es la tierra dorada de ayer". "Los Talgos de Andalucía – sigue Manolo en su réplica a Josep – ya no son los tubos de hierro oxidados, que décadas atrás, inundaban con maletas y acentos del sur; los suelos fértiles de Sants".
A dos calles más arriba. Cientos de "ciutadans", provenientes de Montjuïc, esperan la luz verde para perderse entre los colores de la "Senyera". Con el eslogan: "Catalunya, nou estat d'Europa". El "Passeig de Gràcia" está ocupado por una serpiente gigante, de tonos rojos y amarillos, que cabalga lentamente por las curvas espinosas del ocho punto uno del "Estatut Català". "El día de la Diada – en palabras de Andrés, compañero de Josep – ha servido a las siglas de Mas para poner tierra mediante entre; los prados de las <<rosas>> y los cielos de <<las gaviotas>>". "Hoy – seguía el viejo amigo, mientras agotaba su Vichy – las calles de Gaudí han sembrado un antes y un después; entre las preposiciones que separan los tejidos discursivos del <<ser catalán (y/o) español>> ". "El <<onze de setembre>> será recordado por las hemerotecas de tv3 por la puesta en escena de una olla a presión llamada <<catalanización>>".
Las mayorías relativas de los tiempos pasados han servido para acallar los brotes nacionalistas. El "enano de Pujol" -en palabras despectivas de José María – sirvió a los colores de Mariano para mantener el poder a un congreso debilitado. Gracias al "enano", tanto Felipe como Aznar consiguieron gobernar desde la pluralidad. En días como hoy, la mayoría absoluta de Rajoy ha roto la política de pactos entre nacionalistas y españolistas. Catalunya ha perdido su función en el patio de los leones. Es precisamente, por esta razón; la idiosincrasia civil se convierte en la única arma de Mas para perpetuar las cómodas alianzas de ayer. La cohesión a través de la Diada sirve al líder de CiU para consagrar su liderazgo y ensanchar las orillas que separan los puertos ideológicos de la derecha con los paradigmas liberales de los nacionalistas.
España sin Cataluña – dicen los economistas del vaso medio vacío – se convertiría en un Costa Concordia, tocado pero no hundido, esperando las cadenas del gigante para ser remolcado. Cataluña sin España – dicen los detractores – necesitaría la mano de Europa para no caer en los mismos precipicios que una Grecia sin el euro. Sin Hispania – dicen los catedráticos del vaso medio lleno – aumentaría el poder recaudatorio para las arcas de la "Senyera". La independencia serviría a nuestros vecinos del norte para empuñar las mismas armas económicas de los tiempos napoleónicos. La vuelta al proteccionismo abriría la guerra de las fronteras entre los de dentro y los de fuera. Sin Cataluña, dicen los nostálgicos de Guardiola – entre ellos, Zapatero – perderíamos la oportunidad de disfrutar del rifirrafe futbolero entre blancos y azulgranas.
Antonio de la rica
/ 16 septiembre, 2012Chapo!
Mark de Zabaleta
/ 4 octubre, 2012Una gran reflexión. Siempre he creído que la CH (Confederación Helvética) Suiza es un sistema político ya muy rodado y que funciona bien….
Saludos
Mark de Zabaleta