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De portadas y debates

Tras ver los debates, decidí apagar, por un instante, el reloj de la pelea. Necesitaba, la verdad sea dicha, reflexionar en solitario. Sacar mis propias conclusiones, más allá de los contaminantes del vertedero. La primera pregunta que me vino a la mente fue: ¿quién había ganado la partida? Después de dos horas, dándole vueltas al asunto, deduje que cualquiera de los cuatro podría ser el vencedor. Y lo podría, queridísimos lectores, porque no existen reglas de juego que regulen la contienda. Así las cosas, en función de unos, u otros, criterios medidores; el péndulo de la victoria puede oscilar de forma considerable. Si tomamos, por ejemplo, la agresividad en el ataque, podríamos afirmar que Rivera fue el afortunado. Si hablamos de "saber estar", Pedro Sánchez se convirtió como un señor en un rifirrafe de cantina. Si apelamos a "concreción de las medidas", Pablo Iglesias ganó por goleada. Y, si hablamos de rapidez de respuesta, Casado estuvo más lúcido de lo esperado.

Ante la imposibilidad de saber quién ganó la contienda, decidí perderme por las callejuelas del vertedero. Quería saber si era yo el raro del ganado o, por el contrario, los medios se comprometían en la proclama de vencedores. Así las cosas, caminé por la senda de las dudas. Dudas que se despejaron tras llegar a la Caverna. Allí tropecé con las portadas de ABC y El Mundo. Para los escribas de Rubido: "Sánchez naufraga en el primer debate televisivo". Para las plumas de Rosell:”Rivera desafía a Casado y ambos baten a un Sánchez desarbolado". La derrota de Pedro contrasta con el relato de El País. Para el histórico de la izquierda: "Sánchez salva el debate y no logra imponer el tema catalán". La portada de Marhuenda, sin embargo, sorprendió gratamente mi atención. Con el subtítulo: "No hubo ganador y no se citó explícitamente a Vox", La Razón no barrió para los suyos y emplazó a sus lectores al siguiente debate.

Tras visionar el segundo debate, volví a las calles del vertedero. Desde la Caverna, tanto ABC y El Mundo volvieron a arremeter contra el presidente del Gobierno. Según el monárquico de la mañana: "Sánchez pierde un debate a su medida". Para los escribas de Rosell: "La trifulca entre Sánchez y Rivera da vuelo a Casado". Para el País, sin embargo, el subtítulo de la portada corre por otros derroteros: "Casado y Rivera se lanzan a un cuerpo a cuerpo por el voto". Y finalmente, la portada de Marhuenda rinde homenaje a sus fieles de Kiosco. Con el titular "Casado crece ante Sánchez" se cumple, una vez más, el periodismo de partidos que riega nuestros prados. La relatividad de la verdad, como diría Ortega y Gasset, trae consigo titulares que encajan a la perfección en sus líneas editoriales. Titulares predecibles y ajustados a las perspectivas de sus lectores. Y titulares, y disculpen por la redundancia, que cumplen con el dicho "nadie tira piedras a su propio tejado". Estamos, por tanto,  ante una prensa – más dependiente que independiente – que escribe sus relatos para sus lectores, sus clientes.

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1 COMENTARIO

  1. Carmen

     /  25 abril, 2019

    Desde luego, leer los diarios sobre estos temas es volverse loco, cada uno arrima el ascua a su sardina . Lo ven clarísimo, yo desde luego no lo vi tan claro, igual vivimos en otro planeta.
    Un saludo
    Carmen

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  • SOBRE EL AUTOR

  • Abel Ros (Callosa de Segura, Alicante. 1974). Profesor de Filosofía. Sociólogo y politólogo. Dos libros publicados: «Desde la Crítica» y «El Pensamiento Atrapado». [email protected]

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