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Migajas

Los proletarios de Rajoy miran con recelo desde el sillón de sus anhelos las palabras inoportunas de su mentor en los mentideros europeos. Marx tenía razón. Los intereses de la clase media nunca fueron defendidos por las plusvalías del capital. Las corbatas de la derecha no ajustaron bien en los cuellos azules de la izquierda. Hoy el ejército de Karl aumenta sus reservas ante la mirada irónica del vampiro occidental. Las gotas de sudor del currante manual han estigmatizado el pan del mileurista ante la pancarta civil indignada. La pasividad sindical ante el robo exacerbado del guante blanco  ha desestructurado las masas sociales de la desigualdad hacia el peso de la pobreza.

Ya lo decía el maestro Simmel en su teoría del dinero. El maldito parné es el barco que transporta al tripulante desde la orilla de sus sueños hasta el puerto de sus realidades. A través del dinero, decía el filósofo del XIX, conseguimos estrechar los márgenes de los valores materiales. A mayor distancia en el alcance menos valor otorgamos al fruto de nuestros deseos y viceversa;  no valoramos aquello que tenemos al alcance de la mano. Desde el prisma de Georg, el trabajo ha perdido su valor. Los incrementos del ejército de reserva que decíamos atrás, mantienen al parado enclaustrado en la jaula weberiana en espera de su libertad. La lejanía entre las dos orillas, o dicho en otros términos, las pérdidas de perspectiva entre la búsqueda de empleo y las probabilidades de su alcance han desvalorizado el factor productivo en beneficio del capital.

La desmoralización colectiva producida por la desvalorización del trabajo aumenta los colmillos del vampiro. El aumento diacrónico de la EPA invita al empresario a mirar en el sudor del obrero las oportunidades de su competitividad. Es precisamente esta ventaja económica en la balanza del poder la que alimenta la dialéctica de la huelga general. Hoy más que ayer, los parados de Rosell suben los sables desde la fila del INEM para romper los barrotes de la jaula existencial que priva de libertad sus deseos de consumir. La falta de valor del factor trabajo por los aumentos de la reserva marxista y las dificultades de su alcance siembran las semillas del abuso de poder en la tripulación que en su día embarcó en la ruta de Rajoy.

Hoy la alfombra del paro. Aquella que le sirvió a don Mariano para pisar los peldaños de la Moncloa se halla manchada por el polvo levantado tras el carruaje de los mercados. La misma alfombra que fue decorada por las  rosas de la izquierda es recogida por los puños neoliberales de la derecha. Hoy solo queda mirar debajo de aquella tela roja y recoger las migajas que las capas de la nobleza arrojan desde la ventana de su carroza a su paso por Europa.

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4 COMENTARIOS

  1. conchitalloria

     /  1 febrero, 2012

    Eso es lo que pretenden. Que la gente salga a la calle. Ya se han equipado, ya han suminstrado negocio a unas empresas comprando gases lagrimogenos y pelotas de caucho. Ya estan preparados para que la provocación de sus mentiras tengan una respuesta popular. Espero que los ciudadanos que no han tenido inteligencia a la hora de votar, la tengan ahora en no caer en la trampa que les estan tendiendo. ¿Para que salir a la calle si nada se va a conseguir? Dejemos que hundan todo. Mientras lo dejan caer no hay nada que hacer. Es en la recuperación cuando hay que salir a la calle y ponerlos en su lugar, tratando de recuperar lo que estos ladrones han robado al estado de bienestar, lo que han robado a los ciudadanos. y para eso se necesita una oposición fuerte y unida.

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  2. Una de las razones claves de la revolución francesa de 1789 fue el descontento de las clases populares; la expansión de las nuevas ideas ilustradas; la crisis económica que imperó en Francia tras las malas cosechas agrícolas y los graves problemas de las cuentas públicas.

    Desde el punto de vista económico, la inmanejable deuda del Estado fue exacerbada por un sistema de extrema desigualdad social y de altos impuestos que los estamentos privilegiados, nobleza y clero no tenían obligación de pagar, pero que sí oprimía al resto de la sociedad. Hubo un aumento de los gastos del Estado simultáneo a un descenso de la producción agraria de terratenientes y campesinos, lo que produjo una grave escasez de alimentos en los meses precedentes a la Revolución.

    La situación actual conserva muchos de los aspectos mencionados. La desigualdad social, los estamentos privilegiados que ahora son los Bancos, que financian prioritariamente una Deuda Pública (Estado, Comunidades, Ayuntamientos…) reduciendo el crédito a empresas y particulares que, asfixiados por el paro, son expropiados tras la firma notarial de muchos contratos con letra pequeña y claramente abusivos.

    ¿Dónde vamos?… No tienen ni idea y siguen las directrices alemanas !

    Mark de Zabaleta

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  3. La resignación y la pasividad están servidas de antemano. Apenas se reunieron unos pocos miles en Sol ayer 10 de febrero y el viernes pasado Luis de Guindos declaró literalmente, o casi, que la gente que pudiera, seguirá pagando por pisos que cada vez valen menos cantidades astronómicas mientras los bancos hunden los precios de la vivienda gracias a dinero público que su ministerio prácticamente les va a regalar. Y no pasó nada.

    Quizas kontxi tenga razón y se deba esperar a la recuperación, pero parece dudoso que ésta llegue con medidas destinadas a aherrojarnos en una esclavitud ya más real que virtual sin esperar a más plazos. Más en http://elespigadordigital.wordpress.com

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  4. Yo

     /  25 febrero, 2012

    No creo que esperar a que la cosa se recupere sea el momento de salir a la calle, ya que hay que pensar que si a la gente ya le cuesta moverse si las cosas esta mal imaginate si empieza a mejor la situación.

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  • SOBRE EL AUTOR

  • Abel Ros (Callosa de Segura, Alicante. 1974). Profesor de Filosofía. Sociólogo y politólogo. Dos libros publicados: «Desde la Crítica» y «El Pensamiento Atrapado». [email protected]

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