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Entrevista con Javier Valenzuela, periodista y escritor

"La incompetencia de Rajoy está haciendo bueno al peor Zapatero"

Ha sido corresponsal permanente de El País en Líbano, Marruecos, Francia, y Estados Unidos. Entre 1993 y 1995 fue director adjunto de El País en la Redacción de Madrid. Ha entrevistado, entre otros políticos, a Nelson Mandela, el Dalai Lama, George W. Bush, Francois Miterrand, Yaser Arafat, Hassan II, la reina Noor de Jordania, Hosni Mubarak, Felipe González y José María Aznar. Actualmente trabaja como reportero y analista en el diario El País, colabora como tertuliano en RNE y es autor del blog "Crónica Negra" en elpais.com. Javier Valenzuela (Granada, 1954) ha concedido esta entrevista para la Crítica.

Abel Ros (@Abel_Ros)
Pregunta: Se ha escrito en la prensa internacional que sin las redes sociales no se hubiera producido la democratización árabe. ¿Qué opina usted al respecto?

485343_3239967371845_2033054243_nRespuesta: Las protestas juveniles exigiendo libertad, dignidad y justicia se hubieran producido de cualquier modo, aún sin redes sociales. Sin duda, habrían tardado algo más, tal vez unos años más, pero habrían terminado llegando. Obedecen a razones objetivas. De un lado, un mundo árabe estancado por la autocracia y la cleptocracia de sus dirigentes; de otro, una población mayormente juvenil hastiada de esas momias. Las redes sociales, y muy en particular Facebook, sirvieron para que una cierta vanguardia juvenil democrática se coordinara en Túnez, Egipto y otros países, descubriera que no estaba sola, que sus angustias conectaban con las de miles de compatriotas, y se atreviera a dar el paso de convocar las protestas. Pero otras revoluciones tuvieron otros instrumentos semejantes: la imprenta en el caso de las Revoluciones Francesa y Americana, la radio en la Resistencia contra los nazis durante la II Guerra Mundial, el casete de audio en el alzamiento iraní contra el Shah… Los medios de comunicación de masas son instrumentos para transmitir y compartir ciertas ideas revolucionarias. Y son éstas, las ideas, lo importante. Cuando determinada idea libertadora se encarna en una situación objetiva de profundo hartazgo popular, la pradera está lista para arder a la menor chispa. Es lo que ha ocurrido, lo que está ocurriendo, en el norte de África y Oriente Próximo

P: ¿Cómo valora los resultados electorales en Egipto?

R. Es una pena que, por su ingenuidad, su división y su falta de verdadero poder, la gente que arrancó la revolución de Tahrir haya terminado siendo marginada por dos fuerzas reaccionarias tradicionales y bien organizadas: los militares de siempre y los islamistas de siempre. Veremos cómo funciona la cohabitación entre la Junta Militar que sucedió a Mubarak (formada por la gente de Mubarak) y el presidente Morsi, de los Hermanos Musulmanes. Va a ser una cohabitación muy difícil. A Egipto le quedan aún sobresaltos que superar. Pero, bueno, la elección de Morsi fue democrática y los Hermanos Musulmanes están intentando adaptarse a ese nuevo islamismo político moderado que encarna en el Mediterráneo el AKP turco de Erdogan. Veremos. Este capítulo de la historia egipcia no está cerrado, ni mucho menos. Y mis amigos de Tahrir no han arrojado la toalla, que conste.

"Los Hermanos Musulmanes están intentando adaptarse a ese nuevo islamismo político moderado que encarna en el Mediterráneo el AKP turco de Erdogan"

P: Usted entrevistó a Hosni Mubarak ¿Qué recuerda de aquel encuentro?

R. Comencé la conversación chapurreando un poco el árabe que aprendí en mis años libaneses y Mubarak se relajó de modo evidente. Luego pasamos al inglés, pero, creo, que, aunque sea por una elemental cortesía, a la gente hay que saludarla en su propia lengua cuando estás en su país. Eran los tiempos de la invasión norteamericana de Irak y Mubarak no dijo ninguna tontería. Como todos los egipcios, estaba en contra de esa invasión que creía contraproducente para la causa primordial del momento, la lucha contra Al Qaeda. Dijo que esa invasión iba a crear cientos de nuevos Bin Laden y así fue. Al Qaeda se reforzó con la torpeza monumental de Bush y sus amiguetes. En cuanto a Irak, se sumergió en un caos sangriento del que aún no ha salido. Por último, me llamó mucho la atención de aquel encuentro con Mubarak el que tuviera el pelo tan negro a su edad. En El Cairo se bromeaba diciendo que el “rais” se gastaba la mitad de la ayuda norteamericana en armas y la otra mitad en tinte para el cabello.

"Me llamó mucho la atención de aquel encuentro con Mubarak
el que tuviera el pelo tan negro a su edad"

P: Siria, Libia, Túnez, Egipto… ¿Será Cuba la siguiente en sumarse a esta ola democrática?

R. No lo sé. Ojalá. Soy progresista y no lo oculto, no voy con el rollo ese, típico de la gente de derechas, de pretenderse “neutral”, “centrista”, “equidistante” y “blablabá”. En mis informaciones, los hechos son todos ciertos y comprobables, pero mis opiniones son libres y responden a un corazón y un cerebro que, en mi caso, se sitúan a la izquierda. Siempre he practicado lo que creo que es un elemental deber de honestidad y transparencia con mis conciudadanos al decirles de qué voy. A quien no le guste, pues que no me lea o me escuche: este es un país libre y no faltan articulistas, tertulianos y escritores de derechas. Digo esto para entrar en materia: jamás he tenido la menor simpatía por el castrismo. Jamás. Fidel Castro siempre me ha parecido un caudillo autoritario hispano disfrazado, a causa del tiempo que le tocó vivir, con ropajes izquierdosos. He viajado muchas veces a Cuba y sufrido por la asfixia intelectual y la penuria vital que soportan mis hermanos y hermanas cubanos. Por supuesto, la política estadounidense hacia la Cuba castrista ha sido de una torpeza brutal absoluta, un auténtico desastre que solo ha servido para fortalecer el discurso nacionalistoide de los Castro. Así que sería muy feliz viendo una Cuba liberada del castrismo que no cayera por ello en las manos de su poderoso vecino estadounidense.

"No voy con el rollo ese, típico de la gente de derechas, de pretenderse “neutral”, “centrista”, “equidistante” y “blablabá”."
 

P: En su libro "Usted puede ser tertuliano" habla de una televisión desbocada que, según sus palabras, no hay quien la pare. ¿Estamos en ante una televisión del "todo vale" con tal de ganar la batalla diaria por las audiencias?

R. Pues sí. Y por eso los sondeos dicen que nuestra televisión es denostada por la mayoría de los españoles. Por supuesto, hay bastantes millones de españoles que no tienen otro medio de información y entretenimiento, y se tragan cualquier cosa que le den. Y en ocasiones, cierto es, hasta con gusto. Pero, sí, comparados con los de televisiones populares que he conocido en América y Europa, muchos programas de las cadenas españolas brillan negativamente por gritones, zafios y barriobajeros. También es verdad que corresponden a una cierta España de pícaros y cotillas que siempre ha existido y de la que ya hablaban nuestros novelistas del Siglo de Oro.

P: Decía la Escuela Crítica de Frankfurt que la industria de la cultura estaba al servicio de las élites. ¿Qué opina al respecto?

R. Supongo que si hablamos de “industria”, ésta está al servicio de las élites. Pero también hay, y siempre ha habido, una fantástica cultura popular surgida de abajo, de la gente. Yo soy muy feliz charlando con campesinos alpujarreños que son auténticos filósofos o compartiendo con ellos una buena velada flamenca en una noche de agosto en el barranco del Poqueira.

P: Cierre de la edición impresa de Público, ADN, ERE en El Mundo, manifestaciones de periodistas por su precariedad laboral ¿Qué está pasando con el cuarto poder?

R. Muchas cosas. Una general, que es la crisis económica con la reducción notable de los lectores de pago y de la publicidad. Eso obliga a redimensionar en España un sector que, como muchos otros, vivió una burbuja. En los años de vacas gordas, los ingresos de la publicidad del ladrillo, y de los negocios asociados y derivados, produjo una explosión de cabeceras y de empleos en el mundo de la prensa. Ahora se ve que este país no da para tantos diarios, tantas radios, tantas teles, tantos gabinetes de comunicación… Y por otra parte, hay el fenómeno de la explosión de Internet y de cómo los medios tradicionales se adaptan a él. Personalmente, yo lo tengo claro, voy por tierra, mar y aire, escribo para papel o digital indistintamente, colaboro en programas de radio y televisión si tienen a bien llamarme, publico libros, tengo una página web personal y cuentas en todo (Facebook, Twitter, YouTube…). Muchos de los debates periodísticos actuales son estériles, versan más sobre la forma que sobre el fondo: que si digital o papel, que si tararí o tarará. A mí el soporte me da igual, lo que me interesan son los contenidos. Y creo que el periodismo del siglo XXI debe centrarse en la investigación, el análisis y la escritura. Sobrevivirá el periodista y/o el medio que sea capaz de ofrecer calidad y originalidad en esas áreas. Sea para web, tableta o papel, para las tres cosas a la vez y para cualquier otra que pueda inventarse.

"creo que el periodismo del siglo XXI debe centrarse
en la investigación, el análisis y la escritura"

P: ¿Qué opina del Movimiento 15-M? ¿Deberían canalizar sus protestas a través de la política?

R. Del 15-M pienso que es un movimiento que ha demostrado que la juventud, de edad o de espíritu, de España está viva y bien viva, cantando las verdades del barquero: nuestra democracia es imperfecta (la Transición estuvo muy bien para cómo estaban las cosas entonces, pero eso fue hace ya mucho tiempo) y nuestro sistema socio-económico es muy injusto (la crisis la estamos pagando los currantes que no la provocamos mientras los especuladores financieros y empresariales se van de rositas). El 15-M ha hecho mas propuestas concretas, desde la reforma o abolición del Senado a la dación como forma de cancelar por completo la hipoteca, que el PP y el PSOE juntos. Y no creo que deba convertirse en un partido o algo semejante, creo que debe seguir siendo un movimiento ciudadano.

P: Usted es tertuliano en RNE. ¿Con qué titular abriría los siguientes temas: rescate, psoe, Rajoy, Dívar, Europa y Prima de Riesgo?

R. Rescate: el futuro de España depende mucho más de lo que ocurra en París, Berlín, Frankfurt, Londres, Washington o Shanghai que de haga o deje de hacer Rajoy. PSOE: o se renueva a fondo como el PS francés o sigue apostando por el pasado y termina como el PASOK griego. Rajoy: su incompetencia está haciendo bueno al peor Zapatero. Dívar: la hipocresía y la deshonestidad pagadas con nuestros impuestos. Europa: la rebelión de Hollande frente a Merkel es su principal esperanza. Prima de riesgo: no es un medidor objetivo, es un instrumento de especulación: cada vez que sube o baja hay gente que gana muchísimo dinero.

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  • SOBRE EL AUTOR

  • Abel Ros (Callosa de Segura, Alicante. 1974). Profesor de Filosofía. Sociólogo y politólogo. Dos libros publicados: «Desde la Crítica» y «El Pensamiento Atrapado». [email protected]

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