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Febrero del 12

Las protestas estudiantiles en Valencia y las masivas manifestaciones contra el decretazo laboral ponen en evidencia la úlcera sangrante que padece un enfermo dentro de un hospital mal gestionado llamado Europa. Son las voces de la calle. Las mismas papeletas que dos meses atrás firmaron un pacto de ilusión con sus gobernantes, las que hoy inmersas en la frustración colectiva, claman justicia social a un Estado rendido a los pies de los mercados.

Las imágenes de miles de estudiantes, jóvenes y no tan jóvenes,  enfrentados contra las porras policiales en el asfalto valenciano y el amarillo de fondo de contendedores ardiendo,  simbolizan la estética de aquel mayo francés,  cuando el consumismo salvaje del 68 puso contra las cuerdas al gobierno de Gaulle. Es indigno que Institutos de Enseñanza Obligatoria sean noticia por no pagar la factura de la  luz al final de mes. Es surrealista que la falta de presupuesto limite la cuantía de fotocopias por profesor e impida desarrollar con garantías de calidad la tarea de enseñar. Es patológico que el recorte de derechos a los docentes interinos suponga la etiqueta social de "profesores de primera" y "profesores segunda" por su discriminación salarial, o dicho de otro modo, por la pérdida de sus derechos adquiridos, tales como la percepción de las pagas de julio y agosto, en su lucha por la igualdad.

Las manifestaciones contra el decretazo de Mariano dejan patente que los débiles siempre necesitaron la unión para vencer a los abusos de las élites. Es deplorable que los cuellos azules de la balanza. Los mismos que votaron derecha siendo de izquierdas, ante la situación asfixiante de su condición de clase, sean los miles de ciudadanos que claman en la calle justicia laboral ante los abusos democráticos de sus elegidos. Es precisamente esta olla a presión del descontento civil,  la que día tras día pone sobre el mantel político su frustración civil ante un país que consiguió salir de las redes de Franco pero se metió, por errores de cálculo y medición, en las redes de Europa.

El desmantelamiento del Estado del Bienestar, o dicho de otro modo, la fórmula americana "más mercado y menos Estado" y la sumisión de España al ordeno y mando de Merkel escenifican en forma de manifestaciones y revueltas el descontento social por las decisiones de sus élites. Desde la crítica intelectual invitamos a la política para que reflexione sobre el mensaje que emana de la vox populi de sus votantes. El mismo eco del asfalto y crítica  de cientos de blogueros y blogueras que con su coraje consiguieron levantar, un año atrás,  la ola democrática en el  mundo árabe. Las revueltas de Valencia son la punta del iceberg de una imagen social llamada indignación.

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3 COMENTARIOS

  1. Evidentemente nos diigimos hacia un modeo societario donde el papá Estado no estará para salvarnos ni dirigir nuestro destino. Las relaciones laborales no las fijarán unos entes etéreos llamados sindicatos que no se sabe muy bien a quien defienden (bueno si sus propios intereses), sino que será la empresa y el individuo que pasara ser prestador de servicios colaborando en base a los requerImientos del mercado….cooperando como digo con sociedades anónimas situadas a miles de kilómetros de nuestros hogares, circunstancia que debiera darse gracias a los medios telemáticos. El mercado no es una mano invisible que pretende socavar la civilización, es la creación de la libre voluntad individual que permite a través del esfuerzo y el talento dirigir el destino propio; nadie se ha parado a pensar que muy posiblemente el descontrol financiero actual se debe a que unos reguladores (llamados funcionarios seamos claros) no ejercieron su trabajo correctamente – para lo que se les paga -?. No es malo que la industria china haya conquistado el mundo (porque voy a pagar por maletas un 500% de margen a fabricantes occientales?), simplemente lo que hay que hacer es readaptarnos a la situación imperante, y si es en el sector servicios (ya largamente mayoritario en las economías del viejo continente) donde hay que centrar nuestos esfuerzos, adelante. Porque demonizar el sector de la construcción cuando España es una potencia turística mundial con unos atributos dificilmente imitables? Ante la crisis lo que necesita el conjunto de la colectividad es creatividad, valentía, arrojo, desparpajo, ambición, espíritu emprendedor….y no tanta movilización a esperar la sopa boba de la Administración o un contrato indefinido; estos parámetros son historia, quien no lo vea lo pasará ralmente mal porque a mi modo es una tendencia absolutamente irreversible

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  2. Para hablar de Consumo y de Ahorro es necesario generar Rentas. Y las rentas son generadas por la inversión…que puede verse frustrada si las expectativas de los empresarios son pesimistas.

    Los recortes no son siempre la solución…y, como decía Milton Friedman "los gobiernos nunca aprenden, sólo la gente aprende" y la paciencia de un pueblo acaba por terminar en este tipo de manifestaciones.

    Y como dijo Karl Marx "El motor de la historia es la lucha de clases"….

    Saludos

    Mark de Zabaleta

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  3. Fíjate que fecha 21022012. capicúa. ¿tendrá algún significado?

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  • SOBRE EL AUTOR

  • Abel Ros (Callosa de Segura, Alicante. 1974). Profesor de Filosofía. Sociólogo y politólogo. Dos libros publicados: «Desde la Crítica» y «El Pensamiento Atrapado». [email protected]

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