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El vertedero

Como sabéis, ya no escribo en otros medios. Solo lo hago aquí, en mi Rincón. Un Rincón que cada día pierde lectores y que, al final, cerrará sus puertas, como lo hacen cada año miles de bitácoras. Este blog pierde lectores, como les digo, porque sin línea editorial definida, los consumidores no están acostumbrados a sentir las piedras sobre su propio tejado. La gente – le decía el otro día a Joaquín – no lleva bien que el pensamiento crítico entorpezca su camino. Así las cosas, la prensa escrita se ha convertido en un cortijo de escritores populistas. Periodistas, la mayoría, sujetos al periodismo de partidos. Un periodismo que cuenta lo sucedido conforme al prisma ideológico de sus lectores de kiosco. A través de la escritura, he conseguido asomarme al vertedero. Desde la ventana, he visto lugares inundados de maleza, de influencias y censuras. En el vertedero, el talento se diluye como lo hace una aspirina en el vaso del leproso.

Al principio, escribía horas y horas desde la soledad de mi despacho. Sacrifiqué momentos de dedicación a los míos. Mi sueño era convertirme en alguien como Saramago u otro pensador de renombre. Un sueño difícil de lograr para un anónimo de la vida, sin padrino y sin dinero en la España del ahora. Aún así, todavía sigo derramando litros de tinta en la blancura del pergamino.  Durante estos años, he colaborado con varios medios. He sido cómplice de lo que se cuece detrás de una prensa decadente, miedosa y dependiente. Miedosa, por no saltarse las reglas del guión establecido. Dependiente, por tener sus cadenas amarradas a los puertos del dinero. Durante este tiempo, he sentido la frustración que sienten los presos cuando su pena se alarga al final de la condena. He avistado, durante días, las secciones de opinión de periódicos conocidos. Días de desengaño, tras comprobar que la tribuna que escribí con tanta pasión y sacrificio, fue arrojada al cubo de la basura.

En el vertedero, he visto como otros han ninguneado mis ideas y acto seguido han escrito artículos parecidos. Entre la maleza, he conocido gente grande escribiendo como mediocres y "gente mediocre" escribiendo como grandes. Gente, que de puertas para afuera, ha criticado a un partido y de puertas para adentro ha elogiado sus políticas. En el vertedero, me han ofrecido colaboraciones a cambio de las gracias. Y, en el vertedero, he visto a muchos pseudoescritores juntar letras peor que un ni-ni de Zapatero, de esos que la prensa puso a parir por un informe de la OCDE. Por todo ello, y mucho más, escribo al margen del sistema. Escribo en la tierra de nadie, como diría alguien del medievo si me oyera. Escribo para abstraerme de un engranaje que silencia a las feas del rebaño. Un sistema de oligarcas y camarillas donde la opinión libre, plural e independiente se convierte en un problema para el conjunto del decorado.

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10 COMENTARIOS

  1. sigue escribiendo yo lo hago desde hace decadas , antes en cuadernos , luego en mis agendas ahora entre el blog y el face ya casi no escribo pero me he autoconfabulado para volver a pensar con el boli en la mano. un saludo, cada cual desde su propio vertedero..

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  2. Abel, es admirable que seas capaz de denunciar algo que te cerrará máspuertas aún. Pero, aunque sea para pocos y desde estas fabuladas páginas en blanco, los ignorados y ninguneados estamos llamados a escribir sin censuras ni servidumbres. Algún recodo nítido debe quedar para poder contrastar informaciones, críticas y opiniones. No te rindas.

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  3. Antonio San Román S.

     /  8 diciembre, 2016

    Muchas veces no estoy de acuerdo con lo que escribes. Pero te sigo leyendo cada día.

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  4. Manuel Wood Wood

     /  8 diciembre, 2016

    El periodismo libre e independiente es un componente vital de la democracia porque ofrece a sus lectores la información necesaria para ejercer sus derechos y cumplir sus deberes y saca a la luz actividades, logros y fracasos de los entes responsables del poder. El periodismo libre informa, el periodismo sometido manipula. Te agradezco que nos sigas informando de esa manera tan sencilla y humana que empleas en tus artículos.

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  5. Jordi Cabezas Salmeron

     /  8 diciembre, 2016

    sigue adelante frente a todo. Muchos te lo agradeceremos y tu tambien!!

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  6. ana r

     /  15 diciembre, 2016

    Sigue escribiendo que lo haces muy bien.

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  7. Ánimo…manos blancas no ofenden….

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  8. Pilar Martinez

     /  11 diciembre, 2019

    Muy desanimado te encuentro Abel en este articulo pero debes seguir en tu linea, si cambiaras seria una pena, por favor ADELANTE

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  9. Me gusta lo que leo. Hay mucho combatiente que no lo hace con la tropa, no es para sentirse mal. Hacè la tuya y no aflojès.

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  10. Pues escribir en tierras de frontera es un buen oficio, mal pagado, eso sí, pero uno va a su aire y no tiene amo ni tiene que perder la vergüenza por una soldada.
    Un servidor irá acercándose de vez en cuando a esta frontera del Rincón, a ver qué se cuece en ella. Si no me convence, dejaré mi crítica, o me callaré , pero estos caminos seguiré recorriendolos a ver qué se cuece.

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  • SOBRE EL AUTOR

  • Abel Ros (Callosa de Segura, Alicante. 1974). Profesor de Filosofía. Sociólogo y politólogo. Dos libros publicados: «Desde la Crítica» y «El Pensamiento Atrapado». [email protected]

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