Sin crisis mediante otro gallo hubiera cantado en la presunta victoria de Don Mariano Rajoy. En dos derrotas consecutivas en su lucha constante por la Moncloa, el ciclista de Compostela ha resistido a fuerza de pedaleo las críticas destructivas de su partido. Por fin, el discípulo de José María podrá dedicar a aquellos que en su día le cuestionaron cuando estaba inmerso en la soledad de sus fracasos.
La medalla de oro ha tenido que esperar siete años para ser colgada en el dórsal azul de Rajoy. El beso de Esperanza en la mejilla de Mariano, sonará como un crujir de dientes en las noches frías de Santiago.
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La izquierda de Bentham
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El debate sucesorio
El debate sucesorio
Ramo de rosas
Por Abel Ros, el 25 noviembre 2011
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