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Vendedores de humo

Tras una tarde entera corrigiendo exámenes en la soledad de mi despacho, decidí visitar a Peter. Hacia tiempo que no me dejaba caer por El Capri y, la verdad sea dicha, necesitaba una buena dosis de cafeína para resucitar el funeral de mis neuronas. Mientras leía en el móvil lo que se cocía en las calles del vertedero, tropecé con las declaraciones de Posadas. Según esta diva de las letras: "lnfluencers y blogueros venden la nada, el humo". Como saben, desde hace siete años, escribo en los pergaminos de este blog. Escribo por necesidad y sin ánimo de lucro. Es cierto que durante un tiempo soñé con convertirme en un columnista de renombre. Luché para conseguir el cometido pero, desgraciadamente, la mayoría de los medios me dieron con la puerta en las narices. Así las cosas, con los años aprendí que en el oficio de las letras es muy difícil meter la patita. Es muy complicado porque hay tantos intereses por en medio, que la crítica resulta incómoda para el establishment acostumbrado.

En la cúspide de la pirámide, me comentaba un tipo sabio que conocí en El Capri, no se hallan los mejores sino los más adecuados. Aunque la sociedad de clases haya sustituido a los estamentos del medievo, lo cierto y verdad, es que hay una serie de fuerzas invisibles que impiden elevar el ascensor social. Esta lógica estructural hace que los Quijotes vean gigantes donde en realidad solo hay molinos. Resulta desagradable para cualquier bloguero, como yo, que alguien del oficio tire por la borda sus años de sueño y esfuerzo. Posiblemente si no fuera politólogo y sociólogo no escribiría ni un solo post sobre actualidad y política. Gracias a ocho años de sacrificio, obtuve en la UNED los correspondientes "papelitos". Por ello, queridísimos lectores, me ofenden las palabras de Posadas. Unas palabras, huérfanas de empírica, que lo único que hacen es desprestigiar el talento de miles de invisibles. Palabras, como les digo, que sirven de base para construir el prejuicio hacia quienes luchan por conseguir la relevancia que tanto se merecen.

Mantener El Rincón durante ocho años consecutivos resulta una ardua tarea. Detrás de cada post, detrás de cada reflexión, hay mucho tiempo dedicado a la información y al análisis de la misma. El blog, le decía el otro día a un buen amigo mío, es como un planta que necesita su regadío durante todos los días de su vida. Hay veces, épocas, que tengo ganas de tirar la toalla. Ganas de dejar escribir a cambio de la nada. Ganas de desprenderme de esta afición. Una afición incomprendida, ninguneada y pisoteada por quienes ven el bosque desde lo alto de la colina. Los pequeños gestos de algunos seguidores, invitan al incomprendido a seguir en su locura. Pequeños gestos, como la lectura de los artículos del blog en universidades españolas y americanas, sirven a este "vendedor de humo" a cargar con las piedras en la mochila. Es necesario que, de una vez por todas, los blogueros seamos considerados con tolerancia y respeto. No es admisible que desde las trincheras literarias y periodísticas se nos trate con desprecio. Se nos trate como vendedores de humo, pseudoperiodistas y otras descalificaciones por el estilo. Indignante.

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4 COMENTARIOS

  1. Pilar

     /  14 diciembre, 2018

    Sigue escribiendo, no tires la toalla

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  2. Realmente interesante …

    Saludos
    Mark de Zabaleta

    Responder
  3. Bien, como bloguero de la intranscendencia, no me siento concernido por lo que haya dicho la señora Posadas. Nunca pretendí la gloria, ni dejar en la memoria de los hombres mi opinión. Quien quiere, dedica unos minutos cada 15 días a leerme. Quien no, pasa de largo.
    Por lo demás, tampoco somos tan peligrosos, ni nuestros escritos van a cambiar la marcha del mundo, ni haremos sombra a los consagrados en el Parnaso de las Letras. Somos los peones de brega de una moda que han propiciado las redes sociales de comunicación. Cuando cambie el viento a contracorriente, arriaremos las velas y barrenaremos el barco para que se hunda, sin un ruido.
    Tranqui, doña Posadas y otras divinidades, por mi parte, no pienso moverle la silla.

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  4. Pilar Martinez

     /  15 diciembre, 2018

    Humo? Pues no! a muchisimos@ nos gusta.
    Los leo y me siento bien y creo que esta España un poco envidiosa es, no solo pasa en la literatura si no tambien en la musica y en la pintura y tantas otras cosas.

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  • SOBRE EL AUTOR

  • Abel Ros (Callosa de Segura, Alicante. 1974). Profesor de Filosofía. Sociólogo y politólogo. Dos libros publicados: «Desde la Crítica» y «El Pensamiento Atrapado». [email protected]

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