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La filosofía adjetiva

Ayer, terminé de leer: "50 palos… y sigo soñando", de Pau Donés. Aunque la lectura no me haya aportado nada del otro mundo, lo cierto y verdad, es que ha reforzado mis creencias y principios. Como saben, mi actitud ante la vida es una posición de infelicidad y rebeldía ante la nada. El libro invita al lector a reflexionar sobre los fracasos del amor, los altibajos laborales y las hostias de la vida. Bajo un manto de pesimismo y angustia existencial hay, a lo largo de la obra, un haz de esperanza que realimenta la estima de lectores malheridos. Tras finalizar la lectura, decidí dar una vuelta por las calles del vertedero. Aparte de la corrupción, de la victoria de Pedro Sánchez y de la foto de Trump con el Papa, me encontré con el viejo estribillo de la Lomce. Al parecer, el Gobierno quiere volver a restaurar las horas de filosofía en los currículos de secundaria y bachillerato. Como saben, Wert y el rodillo azul de los suyos, tejieron una ley educativa que privilegiaba a los curas y ninguneaba a los filósofos.

Si quieren que les sea sincero, pienso que la filosofía, tal y como está enfocada en las enseñanzas medias, está desperdiciada. Tenemos el martillo y el cincel para realizar la escultura pero, sin embargo, no sabemos cómo utilizarlos. Dicho así, valga la metáfora, la enseñanza cronológica de autores – la historia de la filosofía – no desarrolla, por sí misma, el juicio crítico en los alumnos. Saber mucho de Platón no es el antídoto contra la ceguera. No lo es, estimados lectores, porque el sistema que nos envuelve es el contraejemplo de los postulados ideales de la filosofía. La corrupción que infecta las instituciones es justo lo contrario a la ética kantiana. El marxismo ha quedado reducido a los partidos antisistema. Y, por citar otra obviedad, el ateísmo no ha vencido a la religiosidad, a pesar de los avances científicos. La filosofía como asignatura pura – independiente de las otras – no sirve para despertar el ser reflexivo, que nuestros hijos llevan dentro.

La filosofía debería convertirse en adjetiva para cumplir su cometido. La filosofía como disciplina autónoma no tiene sentido en un sistema del conocimiento, donde ha perdido gran parte de su objeto de estudio. Hemos pasado de una filosofía totalizadora – germen de todas las disciplinas – a una filosofía – y perdonen por la redundancia – desprovista de saberes. Por ello, los alumnos se preguntan a menudo: "¿para qué, demonios, sirve la asignatura?". Se lo preguntan, porque no encuentran en el horizonte cercano una aplicación práctica en perspectiva comparada con el resto de materias. Por ello, sería conveniente que la reforma educativa fuera algo más que una política de parcheo. Sería conveniente que la filosofía fuera un suplemento académico de todas las asignaturas. Una filosofía adjetiva que hiciera reflexionar a los alumnos sobre sus diferentes cometidos. Así las cosas, nos encontraríamos con una filosofía de la biología, de las matemáticas, del lenguaje y de la educación física, entre otras.

La filosofía adjetiva se convertiría en una herramienta más útil que la "historia de la filosofía". Gracias a esta propuesta de "reflexión interdisciplinar", el alumno sería algo más que un espectador pasivo de los argumentos de autoridad, de los libros y "sermones" de algunos profesores. El alumno sería capaz de repensar la biología, con los mimbres de la bioética; la tecnología, con los del ecologismo; y la literatura, con las herramientas de la estética. Dicha materia – la filosofía adjetiva – se implantaría por filósofos de manera coordinada con el resto de compañeros. Así las cosas, si no hacemos nada para reinventar la función pedagógica de una disciplina moribunda – como es la filosofía -, no conseguiremos despertar la chispa motivadora hacia la misma. Una chispa, como les digo, necesaria para que exista un aprendizaje pragmático y entusiasta . Solamente así, con alumnos predispuestos a la reflexión sobre sus materias preferentes, conseguiríamos que la filosofía ostentara el lugar que se merece.

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2 COMENTARIOS

  1. Estás defendiendo la postura que en su momento adoptó Sacristán, la cual es insuficiente e inviable porque o los matemáticos y físicos lo son, y entonces son filósofos también,o estar graduado en esas disciplinas no garantiza nada. A propósito de esto,justamnete, versa el capítulo que escribí en la obra colectiva «Huérfanos de Sofia» de la editorial Fórcola, que lamento no poderte enviar por razones de contracto con la editorial. Entiendo que si lo único que hacemos es adjetivar la filosofía esta desaparecerá, porque se diluiráante laincapacidad de muchos y la ignorncia.También tengo que decirte que hay muy diversas formas de impartir la historia de la filosofía para que pueda ser leída y constituya un estímulo para la indagación crítica para el alumno. …..sería largo…ya te digo el capítulo de diecisiete páginas dellibro…

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  2. ……El ateismo no ha vencido a la filosofía……… Hola Abel y a todos, – Si al que vende humo y se monta una franquicia inmobiliaria, después de haber matado entre todos al de los valores, pretendemos sustituirlo por un ateo, sinónimo para muchos de yo no creo en nada, estaríamos yendo de un lado del culo, la codicia camuflada y de paraíso fiscal consentido, a otro, la inercia de un limbo, que se queda en yo no creo en nada y jugándo al que no la funda. – Y sin fundarla, no se llega al pecho, sino que nos quedaremos donde primero nos habremos ido o matándonos por ideas y autodestruyéndonos hace dos telediarios  o olvidándonos de nosotros mismos, para venir a la vida. Tras un atracón de calores en ambos casos, por parte de un pirómano y una aspirante a bombera, ambos necesitados de sacarse tensiones de encima, por vivir en paralelo real con la verdadera vida, al confundir todavía su realidad con una * o mental sin cuerpo ( el fuguillas mental sin cuerpo ) o  la emocional sin suficiente cabeza ( porque para pensar, ya tengo a mi manolo). – La filosofía, debería volver a asumir un protagonismo, cuando además de filosofar, educara a un pueblo a vivir desde cinco elementos, pues sin ellos solo tendremos –  a un limbo mental en una vida quemándose y desquemándose las entrañas con la imaginación sin soltar y dando vueltas y vueltas – y a la VIDA REAL EN LA OTRA, y SIN ENCONTRARSE AMBOS. – El paso del 4 al quinto elemento ya lo hace la cría del águila al saltar del nido, soltar el miedo e integrarse en lo que en realidad mandará en la vida, ese quinto elemento que YA nos ahorma. Si yo ser humano me quedo filosofando y sin soltar una realidad mental o filosofera de mi mismo, pudiera ser que solo estuviera mareando la perdiz en el lado bonito de la vida y no integrando tambien ese fuego sin cabeza que vendrá a romperme las alas en cuanto me descuido y que en muchos casos, solo encubre a un déspota o al Hitler potencial que todos llevaremos dentro ( 1936 ) aun sin reconducir porque primero lo crearemos, a base de acumular y acumular calores……..e imaginación/parloteo …….sin aterrizar equilibradamente con toda la vida finalmente. – Ir armonizando calores para armonizar ese fuego con cuatro elementos más, nos va llevando desde el ojete hasta un diafragma donde si la respiración (en lugar de clavicular y sin apenas integrar el propio pecho ) se hiciera “ consciente” se detendrá la imaginación ( compruébalo ).Y ese parón, ese soltar/pararse /detenerse la imaginación obligatoriamente, nos habla ya de una realidad de nosotros mismos que es integral, que ya está SIENDO la vida, donde al conocer, de una CONCIENCIA GLOBAL ACTUALIZADA, aun habrá que actualizarla simultáneamente con el SER Y AMAR LA VIDA, TODA ELLA. El sentimiento individual, no es sino la antesala del sentimiento colectivo, cuando yo en la calle mañana, dejo de ir como un limbo mental y en paralelo y me cuestiono por qué la vida ya mueve la existencia como un bloque aunque yo me quedara ese día dormido. – Buen día y lamento la extensión

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  • SOBRE EL AUTOR

  • Abel Ros (Callosa de Segura, Alicante. 1974). Profesor de Filosofía. Sociólogo y politólogo. Dos libros publicados: «Desde la Crítica» y «El Pensamiento Atrapado». [email protected]

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