• LIBROS

Entrada anterior
Entrada siguiente

La necrópolis de Europa

Carlos es un viejo amigo de la universidad. Lo conocí en el club social, la cafetería de la Universidad de Alicante. Coincidíamos todos los días a la hora del café. Recuerdo que se solía pedir un vaso con leche, bien cargado de Cola Cao. Se lo pedía para aguantar a Manuel, el profesor de estadística. Nos encantaba intercambiar opiniones sobre las políticas de Aznar y los casos de corrupción que azotaban al país. Durante el último año de carrera, a través del programa Erasmus, Carlos hizo un intercambio universitario con Bárbara – una joven que cursaba economía en la Nacional de Atenas. Tanto le gustó Grecia que volvió para quedarse. Se casó con Amelia y encontró trabajo como economista en un banco de Salónica. Desde entonces, nunca he perdido el contacto con él. Nos escribimos por correo electrónico y recientemente por wasap.

Artículo completo en Levante-EMV

Deja un comentario

3 COMENTARIOS

  1. Ni una persona, ni ninguna organización o país puede gastar sostenidamente más de lo que son ingresos. Si lo hace llegara con toda certeza a la ruina.
    Las causas de la crisis griega son múltiples. Entre otros es la corrupción generalizada, la evasión, un gasto administrativo excesivo, falta de diversificación y un populismo corto de vista, que escoge beneficio político de las dádivas frente a la crisis por llegar y de la cual son conscientes. (por ejemplo el sistema de pensiones)
    El error de la Unión fue no ver bien la situación griega y lanzar un plan de rescate, antes de que el gobierno griego haya rectificado el rumbo.
    La posición europea es consecuente con la idea de no afectar a los contribuyentes con el despilfarro ajeno.
    La salida de Grecia del Euro no afecta mayormente a Europa. Grecia tendría a disposición para pagos todo el circulante que seria reemplazado por el dracma, pero esta emisión carecerá de todo respaldo y llevara irremediablemente hacia una hiperinflación cuyas consecuencias serán pagadas por la clase menos favorecida en Grecia, lo mismo que las medidas correctivas.
    La solución deberá ser una renegociación que lleve a Grecia a una paulatina corrección de sus gastos compensado con nuevos plazos y condiciones mas blandas pero en ningún caso deberán pasar por un perdón de la deuda.

    Responder
  2. juan carlos luna

     /  9 julio, 2015

    Y cuál será la estrategia de los demócratas del mundo: dejar a Grecia sola ante la arremetida del capital usurero, como antes se dejo solo a Irak, a Vietnam a Nicaragua a los palestinos, a Siria, a Afganistan, a Laos.

    Juan Carlos Luna.

    Responder
  3. Abel, acostumbramos a coincidir a menudo, por si interesa https://nomecreocasinada.wordpress.com/2015/07/09/ue-los-sofistas-del-s-xxi/

    Me gustaron tus artículos y coincido con ellos: este y «el efecto griego»

    Ánimo, aunque de muy poco sirvan las voces, solo hay que recordar la expresión de rostro de Tsiripas en el parlamento europeo ayer.

    Saludo

    Responder

Deja un comentario

  • SOBRE EL AUTOR

  • Abel Ros (Callosa de Segura, Alicante. 1974). Profesor de Filosofía. Sociólogo y politólogo. Dos libros publicados: «Desde la Crítica» y «El Pensamiento Atrapado». [email protected]

  • Categorías

  • Bitakoras
  • Comentarios recientes

  • Archivos